Intentar transmitir por escrito la calidez de un día a día en la casa, es algo complicado puesto que poner en palabras el valor y significado de los trabajos que se desarrollan por los chicos acogidos sólo es posible si se lee desde el corazón, teniendo en cuenta que las tareas más cotidianas de un hogar, suponen para ellos pasos para una nueva oportunidad de emprender sus vidas.
Sin entrar a enumerar porqué pueden estar aquí cada uno de los chicos, existe un denominador común, de algún modo han tocado fondo. Es por eso que el día a día implica realizar trabajos tanto para su autocuidado, como para el resto de compañeros, generándose en ellos el renacimiento de los aspectos más básicos para la vida como puede ser la autoconfianza y unos nuevos valores basados en el respeto y la armonía, tanto para ellos como hacia los demás. A todo esto también ayuda el enfoque de tratar todos los aspectos de la vida en la casa desde un punto holístico, lo que envuelve al hogar en una atmósfera casi mágica difícilmente explicable.
Llegado a este punto también hay que señalar la importancia de los voluntarios implicados en el día a día, puesto que sin sus aportes, sería casi imposible que una labor humanitaria como la que se realiza aquí, pudiera llevarse a cabo.
Antes de enumerar los trabajos, y para comprender un poco el fluir de las actividades del día a día, queremos hacer una breve parada en los orígenes singulares de la casa y su fundador, con una idea visionaria y generosa de lo que es la integración en la sociedad de las personas desamparadas, una idea amplia de puertas abiertas que queda definida en el eslogan que tenemos “deja lo que puedas, coge lo que necesites”.
Ese enfoque de la casa, se plasma en el día a día con la realización de las tareas cotidianas de una manera casi automática y casi sin necesidad de una férrea disciplina. Esto confiere un plus de autorregulación para los chicos acogidos, puesto que les hace ser conscientes de su trabajo, del valor que tiene para ellos y para el resto de compañeros.
Entrando en detalles del día a día…
* La hora del desayuno… Aquí nos damos los buenos días entre las 8:00 y las 9:00 que empezamos a realizar distintas actividades. También se aprovecha para hacer el reparto de tareas y grupos de trabajo para ese día.
* A trabajar… Las tareas cotidianas suelen ser: cocina, limpieza y aseo, mantenimiento del hogar, trabajos de oficina, atenciones o seguimientos médicos, terapias y ocio.
** Cocina. Es uno de los trabajos más importantes de la casa. Suele estar formado por un turno de tres personas: un cocinero y dos pinches. Siempre se intenta que haya al menos un voluntario en estas tareas para que sirva de referente. Nuestra alimentación es principalmente vegetariana por los beneficios depurativos que tiene para el organismo, además de ser equilibrada con el aporte de carne y pescado, miércoles y domingos. Las tareas además de cocinar por parte del cocinero, son las de limpieza del comedor y menaje de cocina empleados por parte de los pinches.
** Limpieza y aseo. Es una tarea afrontada desde dos puntos muy importantes:
*** Personal. Implica que cada chico se haga responsable de sus espacios, ropa y aseo personal. Para ello, de una forma “cariñosa” se utiliza el trato humano que aportan los voluntarios, a modo de cuidadores.
*** Espacios comunes. Para esto, se crean grupos mixtos de voluntarios y chicos acogidos, para mantener las instalaciones con un grado de limpieza digno que nos haga sentir como en nuestro hogar.
** Mantenimiento del hogar. Esta tarea implica multitud de trabajos y personas, dada lo grande que es la casa y la cantidad de oficios necesarios: pintura, albañilería, electricidad, fontanería… Casi todos estos trabajos son realizados por los chicos de la casa, con la ayuda de los trabajadores del centro especial de empleo y los voluntarios que pueda haber en un determinado momento.
** Trabajos de oficina. La casa, inevitablemente, necesita una gestión de oficina. Para su interacción con las administraciones, además de trabajos específicos como: gestión de documentos, eventos, redes sociales, etc…, como cualquier empresa. Todos estos trabajos están realizados por voluntarios.
** Atenciones o seguimientos médicos. Este punto es de vital importancia para la casa, puesto que casi todos los chicos que están acogidos, tienen fuertes tratamientos médicos y seguimientos psicológicos. Para el desempeño de esta tarea, existen voluntarios expresamente dedicados a los seguimientos médicos: obtención de citas, acompañarlos a las consultas médicas, reparto de medicamentos. Este punto es tratado con un cariño y un mimo fuera de lo común, puesto que parte de la magia en la recuperación de sus traumas es el acompañamiento que se les hace a los chicos en todo momento, tanto dentro de la casa como cuando van a los centros de drogodependencia, psiquiatras y psicólogos.
** Terapias. Este punto es algo muy bonito dentro del trato con los chicos acogidos. Se trata de voluntarios que dedican su tiempo y conocimientos, en distintas ramas o materias, tanto físicas-médicas como holísticas, que tratan apartados profundos del Ser… Algo de lo que, lamentablemente, de alguna manera todos adolecemos en mayor o menor medida en algún momento de nuestra vida… “salvo los iluminados”.
** Ocio. Aunque se dispone de tiempo libre, los momentos de ocio suelen ser grupales. Dependiendo de los voluntarios que existan en ese momento, se suelen hacer salidas a pasear al atardecer, karaokes. Para los momentos de cada uno, la casa tiene su gimnasio, su piscina, sala de ordenadores, juegos de mesa, cine. Es el momento que cada uno puede tomarse…
* La hora de la comida… y la de la cena… Pueden describirse como momentos mágicos de hermandad. Se comparten las vivencias, se ríe… es un momento de alegría. Todo ello mientras se hace cola para recibir tu ración de comida, al estar sentado rodeado de esas personas que llegas a sentir como una familia y haciendo cola para lavar tus cacharros. Esos momentos únicamente son silenciados antes de comenzar a comer, para que alguien bendiga la mesa, nuestro pequeño ritual de agradecimiento por ser, estar y compartir.
* La hora del té… En las sobremesas, el voluntario Ahmed, suele compartir con todos los que lo deseen, su ritual del té. Solemos sentarnos en el salón, en círculo, manteniendo amenas tertulias y brindando con los tres tés: “amargo como la vida”, “dulce como el amor” y “suave como la muerte”… Una vez terminado… a trabajar un poco por la tarde…
* Después de la cena… Suelen ser momentos muy agradables para compartir las experiencias del día con los compañeros. Durante el transcurso de los días, uno siente cómo todos somos iguales: voluntarios y acogidos, acogidos o voluntarios. ¿Qué diferencia puede haber? Todo puede tener un punto de inflexión en un momento dado y tú ser él y él tú. Son momentos en los que unos juegan, otros ven alguna película, otros leen u oyen música. Voluntarios y acogidos, una gran familia que se quiere y se cuida día a día.