El taller de teatro en la Casa de Pepe Bravo ha sido una bendición, ¿porque digo esto? Pues muy fácil, porque no hablo solo por mí, sino por tod@s los que han estado, están y estarán en este maravilloso proyecto, como bien manifiestan los que han tenido alguna experiencia en esta casa, “te llevas siempre más de lo que dejas”.
Por mi parte puedo deciros que ha sido muy enriquecedor ya desde sus comienzos en las clases previas preparatorias donde pudimos disfrutar de juegos a la vez que perdíamos el miedo escénico poniéndonos de cara al público, si es cierto que hemos vivido la emoción de la escena y ese pellizco que entra cuando hay que estrenar, pero el resultado ha sido una inyección de ánimo y autoestima para tod@s.
Esta primera fase que acabó con la puesta en escena del entremés teatral titulado ¿me recuerdas? No es más que el despegue para continuar con más ganas si cabe y alcanzar nuestro gran sueño, pisar las tablas de un gran teatro en Madrid, dicen que quien cree crea y el elenco que he tenido la suerte de dirigir me han hecho creer y confiar que todo es posible si lo deseas de corazón.
El siguiente paso, con nuevas promesas y con las puertas abiertas a tod@s los que deseen unirse a este proyecto es el de llevar a escena un cuento de Mariló Cejudo con una maravillosa moraleja, este es el segundo y gran reto que nos hemos marcado, pues solo disponemos de menos de 4 meses para realizar el montaje de la obra, la cual se enmarcará en el fin de semana del arte escénico que se celebrara el próximo 16 de Diciembre en la casa.
Como la ilusión no para de crecer, ya tenemos en marcha el siguiente escalón para el año 2018 donde a través de una comedia dicharachera seguiremos disfrutando de este arte conectando mente, cuerpo y alma.
Estáis invitados a participar y disfrutar de este regalo como así lo define nuestra querida Inga en su poesía.
Quiero aprovechar y darle las gracias a Pepe Bravo porque sé que está moviendo los hilos para que esta semilla florezca.